Contenidos
La participación militar inglesa fue decisiva
Situación y ocupación de España
Londres financia Logias Masónicas
Los indigenas pro españoles
El pueblo no quería secesionarse
Contra el relato bicentenario, basta con leer a los interesados; el propio Bolívar escribió «no hay hombre (…) que defienda mi causa». Bolívar y sus secuaces tuvieron la decencia de no mentir, al menos en su correspondencia privada, como Rafael de Urdaneta.
Los bolivarianos actuales mienten por ellos hoy, con total desvergüenza, manteniendo el falso relato negrolegendario antiespañol que se operó para legitimar las secciones criollas.
Lo he dicho siempre, la clave está en la cronología; derrotado Napoleón en Waterloo en 1815, Inglaterra (Reino Unido) liberó recursos en Europa y los dedicó a América; su Armada, armas, pólvora, pertrechos, mercenarios de las guerras napoleónicas, y voluntad de interferir.
Es a partir de entonces cuando los realistas se desgastan por el conflicto interno en la España Europea entre liberales (masones en un gran porcentaje) y los defensores del Antiguo Régimen, siendo que la sublevación de Rafael de Riego (masón) y del ejército que comandaba, destinado a América, en 1820-21 (pronunciamiento que dió inicio al conocido como Trienio Liberal (1820-1823), y a un largo rosario de asonadas y espadones en el XIX), supuso la puntilla para los exhaustos leales a la integridad de la España americana, sin apoyo peninsular…
El famoso «Decreto a Muerte» sólo intentaba vencer estas reticencias entre el pueblo, cada vez más cansado de la guerra, sin visos de ayuda de ultramar, y horrorizados de las matanzas subsiguientes, y que se sucedían en un baño de sangre fratricida, cruel y sinsentido.
Especialmente contrarios a las secesiones fueron los indígenas, negros y mixturas, que vivían protegidos por las leyes garantistas del conocido como Derecho Indiano, y que veían en el racismo de las élites mantuanas caraqueñas un negro augurio…
Perú, pieza clave
La Guerra era entre El Imperio Británico y El Imperio Español, pero El Control de América, lo tenía El Perú, así que para poder Destruir al Imperio Español, Tenían que Destruir al PERÚ.
La Independencia es un Cuento que te enseñan en la Escuela, cuando eres un Niño.
La Legión Británica y la Independencia del Perú
La Legión Británica fue un grupo de unidades militares formada por voluntarios y mercenarios extranjeros, quienes lucharon bajo el mando de los generales Simón Bolívar y José de Sucre en las Guerras de Independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Llegaron a acumular un aproximado de más de 6 000 tropas, quienes en su mayoría estaban motivado por intereses económicos y unos cuantos por ideales políticos.
La gran mayoría del personal estaba compuesto por artesanos y campesinos entrenados militarmente, mientras que los suboficiales y oficiales eran veteranos de guerra del Ejército del Reino Unido de Gran Bretaña, incluyendo a oficiales de Irlanda y Alemania, quienes habían participado en las Guerras Napoleónicas, Guerra de Independencia de los Estados Unidos y en la Guerra Anglo-estadounidense.
● Antecedentes de la Relación Anglo-peruana
Existen documentos contundentes sobre el esfuerzo de un sector importante de criollos del Perú quienes desde las década de 1770 en adelante buscaron la intervención militar de Inglaterra en la Sudamérica hispana, con el claro objetivo de liberarse del control de España.
Según los archivos de los británicos Lord Hillsborough, Stanier Porten, Lord Thomas Townshend y John Udny, los criollos les habían facilitado información valiosa sobre los puntos estratégicos por donde los británicos debían de atacar.
● Lista de algunos Oficiales:
A).- Generales:
Thomas Eyre, Gregor McGregor, Florence O’Leary, Arthur Sandes, William Aylmer, Francis Burdett O’Connor, Joseph Mires, Charles James Minchín y Thomas Charles Wrigth.
B).- Coroneles:
William Ferguson, James Hamilton, George Elsom, John Mackintosh, George Woodberry, William Anthony Ferms, Belford Hinton Wilson, Gustavus M. Hippisley, Thomas Ideslton Ferriar, Donald Peter Campbell, James Fraser, William Smith, Donald McDonald, Richard Murphy, William Rafter, Hugo Blair Brown, William Middleton Power, Henry Croasdaile Wilson, John Blossett, Joseph Barnes, James Towers English y James Rooke.
C).- Comandantes:
John Needham, William Peacock, Santiago Stuard, Laurence McGuire, Robert Skenee, Michael Rafter y Robert Piggot.
D).- Mayores:
Thomas Manby y Thomas Duckbury.
E).- Capitanes:
Richard Longfield Vowell, Juan Agustín Lloyd, Peter Campbell y William Minchín.
F).- Tenientes:
George Casley, George Laval Cherteston y Alexander Brown.
G).- Suboficiales:
Robert Kruger, Michael Townsend, Francis J. Towers, Peter A. Osterling, Thomas Osterling, John Michael Oxenford y William Campbell.
H).- Soldados:
David Northcote, Thomas Lauren, Wilson Pye, David Pye, William White, George Nathals, Thomas Norris, Albert Sparrow, David J. Sparrow, Charles J. Sparrow, John Thorndike, David Zaidman, Richard Billinghurst, Peter Thorne, Albert A. Thorne, Robert J. Thorne, Joseph Garland, Michael H. Garland, Donald Grieve, John Grieve, Thomas A. Grieve, Franklin Blest, August Blest, Peter J. Burns, Robert Wakeham, David Koechlin, Nicolas Miller, George Miller, Arnold Tweddle, John Bart, Ivan Stoessel, etc.
● Campañas en Perú
Estuvieron presentes en la Batallas de Junín, Corpahuico y Ayacucho bajo el mando del general William Miller, coronel Arthur Sandes y mayor Thomas Duchbury, integrando la caballería y artillería colombiana.
«Cada vez más comprobamos que la resistencia de los indios contra la independencia y su fidelidad a la monarquía hispana era un fenómeno generalizado que atravesaba el continente de Norte a Sur y de Este a Oeste». (General Francis O’Connor, XIX)
● Luego de la Guerra de Independencia
Tras la guerra algunos de estos mercenarios se regresaron a Gran Bretaña, otros a Venezuela, Chile y Argentina, en tanto que otros se quedaron a vivir en el Perú, asentándose en Lima, Junín, Tacna, Arica, Cuzco, Arequipa y Trujillo, donde se emparentaron con las mujeres de la “alta sociedad peruana”, dejando así una descendencia bien posicionada socialmente y económicamente en la naciente República del Perú.
Referencias:
.- Un irlandés con Bolívar: recuerdos de la independencia de América del Sur en Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú y la Argentina, por un jefe de la legión Británica de Bolívar, Francisco Burdett O’Connor (1977).
.- Memorias del General Miller al servicio de la República del Perú, John Miller.
El oro y la plata
El mito de los Libertadores
Bolívar según su oficial alemán
Memorias sobre Simón Bolívar
«Memorias de Simón Bolívar y sus principales generales» de 1828. Ha sido publicado en español sólo una vez en 2011. Básicamente en el se narra la gesta libertadora. Pero la perspectiva en la que se hace no beneficia para nada la figura mítica de Bolívar. Por el contrario. Lo muestra como un general más bien incompetente, que no participaba en batalla, que determinaba la suerte de sus batallas en el ingenio de sus subalternos y que en la batalla del pantano de Vargas (para los que no saben, fue la batalla decisiva que marcó la derrota definitiva de los españoles en Colombia) si no hubiera sido por la decisión kamikaze de un grupo de soldados de retaguardia de lanzarse de manera desesperada y bajo su propia decisión, los españoles hubieran ganado.
La ocupación del Perú
Extranjeros en Perú
El Perú fue independizado por extranjeros. (Compártelo)
En la batalla de Ayacucho, el 95% de las tropas realistas del virrey son peruanas y el 80% de las tropas independentistas son colombianas, venezolanas, panameñas, argentinas, chilenas y solo un 20% es peruano.
En realidad, fueron unos extranjeros que le ganaron una batalla a los peruanos, esa es la verdad.
En realidad, fueron los grancolombianos, más rioplatenses y la capitanía general de Chile que juntos les ganaron una guerra a los peruanos.
Las tropas realistas estaban compuestas por algunos semiblancos y mestizos de Lima y el 80% era una masa indígena enorme del sur del Perú bajo las órdenes del virrey La Serna al grito de ¡Viva el Rey!
El primer proyecto no era tal proyecto, lo que parece ser lo primero, seamos independientes, resulta que nadie en el Perú creía en eso.
Si en el Perú se hacía una encuesta en esa época y si hubiera sido limpia, salía, mejor estamos con España.
La ocupacion de Nueva Granada
Toma de Caracas
El 10 diciembre del año 1814 las tropas de Simón Bolívar asedian la capital del virreinato de la Nueva Granada, la ruina de Caracas es llevada Santa Fe de Bogotá.
José Manuel Restrepo Secretario de Interior de la Gran Colombia bajo el gobierno de Bolívar, cita en sus memorias:
«Como los soldados de la Unión se enseñorearon de casi toda ella [la ciudad] por la fuerza, fue imposible contener el saqueo, especialmente en el barrio de Santa Bárbara. Los venezolanos, irritados, quitaron también la vida a algunos españoles europeos. Fue muy sensible para los amantes de las ciencias el saqueo que hicieron las tropas invasoras del observatorio astronómico. El edificio padeció, y los soldados se llevaron o despedazaron los libros, instrumentos y papeles preciosos que allí existían».
«Los excesos y crueldades cometidos, sobre todo contra las mujeres, fueron horrendos y las tropas de Bolívar se cargaron de oro, plata y joyas de toda especie».
Señala el historiador colombiano Pablo Victoria:
«Las mujeres corrían por las calles gritando, presas del pánico. Los hombres, amarrados, los hacían presenciar la violación de esposas e hijas. Los que se enfrentaban eran pasados a cuchillo. Las tropas de Bolívar eran tropas que venían urgidas de calmar necesidades biológicas y primarias tras las largas campañas de Venezuela».
Bolívar permite a sus tropas el saqueo y las violaciones de mujeres durante 48 horas.
Restrepo cuenta que cuando Bolívar fue reprochado por Álvarez, presidente de Cundinamarca, por dicha conducta, Bolívar le gritó con furia que:
«estaba autorizado por las leyes de la guerra para obrar como lo había hecho, por haberse resistido a sus tropas los habitantes de la ciudad y merecer castigo por ello»; aquí reconoce permitir las acciones.
Acto seguido, Bolívar se apodera de medio millón de pesos que encuentra en la Casa de la Moneda. El Boletín No. 5 señala lo siguiente:
«En la Casa de Moneda hemos encontrado más de medio millón de pesos en metálico; y en todos los demás almacenes y depósitos, quanto puede necesitarse».
Además de expropiar los bienes de los españoles y de los criollos favorables al Rey. Son hechos plenamente demostrados.
Autor: Emilio Acosta.
Venezuela Provincial
Negando y renegando de España
La renegacion de España
LA DESVENTURA HISPANA epilogó en América en la renegación y denigración de todo lo español. Moreno, Castelli, Belgrano, Monteagudo, enrostran a España toda clase de errores y horrores y llegan al absurdo, asumido después por la intelectualidad liberal y hoy por algunos sectores marxistas, DE REPUDIAR LA CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA. En las generaciones siguientes, con Alberdi y Sarmiento, esa ALIENACIÓN ANTIHISPÁNICA llegará a su máximo nivel. Alberdi confesaría que llegó a fastidiarle ¡hasta el idioma!. . . A ella se sumarán los primeros historiadores, que para justificar la independencia creyeron indispensable crucificar a España y culparla de todos los males de la humanidad. El egoísmo, la ambición desmedida, el exceso pasional, la brutalidad, la ignorancia, fueron señalados como rasgos típicamente españoles junto a las más censurables instituciones políticas y socioeconómicas, el absolutismo, el monopolio, el latifundio, la explotación de los indios, el desdén por la cultura.
JUAN AGUSTÍN GARCÍA escribe en su larga diatriba antiespañola que es «La Ciudad Indiana», conceptos como este: «Desde las invasiones germánicas no se había presentado ocasión más propicia para la satisfacción de la brutalidad humana» (que fue la conquista de América). «El desarrollo de la conciencia cristiana sufrió una interrupción en el ambiente americano». «Por la herencia española tenemos incapacidad para el gobierno libre». «Si alguna vez se violaron todos los preceptos del Evangelio fue en la colonización del Río de la Plata». «El español es avaro y cruel». «De cualquier punto que se lo mirase el régimen colonial español no resistía un minuto de crítica». Para Belgrano, la conquista de América había sido «una horrorosa carnicería». ¡Hace bien Hernández Arregui en señalar con énfasis el cruel exterminio de indígenas que hacían los sajones en el Norte con la serena bendición evangélica! . . Allí se proyectó exterminar a los indios infectándolos de viruela para lo cual se propuso fueran impregnadas por pus variólico las mantas que les vendían. Finalmente no se hizo por dificultades técnicas, pero el exterminio se llevó a cabo de todos modos.
¿SOBRE LA BASE DE QUE PATRÓN ÉTICO UNIVERSAL SE JUZGA A ESPAÑA?. . Todos los pueblos que se afincaron en el «hábitat» de otros, lo hicieron exterminándolos. Así procedieron los arios que se establecieron en Europa y los israelitas que se instalaron en Palestina previa destrucción de los pueblos cananeos, moabitas y amonitas que la habitaban. Al contrario, se puede decir que el caso de España, QUE ESPONTÁNEA Y VOLUNTARIAMENTE SE CREA OBLIGACIONES ÉTICAS PARA CON LOS PUEBLOS QUE HABITAN LAS INDIAS OCCIDENTALES, ES EL ÚNICO EN LA HISTORIA.
Nadie puede negar que la colonización de América registrara actos de violencia y crueldades extremas, pero hay dos conclusiones QUE SON INJUSTAS Y HASTA ESTRAFALARIAS. Caracterizar a España como el país donde se encarnó la barbarie humana, y repudiar la colonización. Porque las repúblicas que se formaron en el siglo XIX descienden cultural y racialmente de la colonización ibérica y no de los quechuas, los mayas y los aztecas. Además, ser demasiado severo en juzgar a los padres, no es constructivo. En este caso es el síntoma de un GRAVE COMPLEJO DE INFERIORIDAD QUE NOS HIZO UN DAÑO ENORME.
LA BURGUESÍA AMERICANA QUERÍA LIBERARSE DE ESPAÑA VENCIDA PARA INGRESAR A UN MUNDO VICTORIOSO DE LUCES FRANCESAS Y NEGOCIOS INGLESES. Los riesgos de una nueva sumisión eran entrevistos por muy pocos e insuficientemente valorados. La burguesía, en conjunto, empujaba para materializar ese ingreso, al margen de admoniciones o clarividencias ocasionales. . .
Salvador Ferla: «Historia argentina con drama y humor». Peña Lillo. Buenos Aires, 1973.
(Salvador Ferla)