Contenidos
Rebeliones y Conspiraciones
Virreinato del Perú
Una recopilación de algunos de los levantamientos e intentos de rebelión más importantes del Virreinato del Perú. No se incluyen las rebeliones acontecidas en el Reino de Vilcabamba (último bastión y vestigio del poder incaico) hasta su anexión al Perú.
Causas:
Entre las clases bajas la mayor parte de estas rebeliones estallaron a consecuencia de los abusos cometidos por las autoridades y por el tema de los tributos, mientras que en las clases acomodadas por el alza de los impuestos y la búsqueda de la autonomía política.
● Siglo XVI
-1544: La Gran Rebelión de los Encomenderos
Líderes: Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal
-1545: La Rebelión de Huaura
Líderes: Rey del Palenque de Huaura
-1553: Rebelión de Francisco Hernández Girón
Líderes: Francisco Hernández Girón
-1561: Rebelión de Lope de Aguirre
Líderes: Lope de Aguirre y Fernando de Guzmán (Fernando I).
-1567: Conspiración de los mestizos de Huamanga
Líderes: Juan Arias Maldonado, Carlos Inca, Pedro del Barco y Cristóbal Maldonado
● Siglo XVII
-1600: I Rebelión de Vilcabamba
Líderes: Consejo de Jefes Cimarrones
-1602: II Rebelión de Vilcabamba
Líderes: Francisco Chichima
-1623: Alzamiento de Songo y Chucuito
Líderes: Gabriel Huaynaquile y Gabriel Huayla
-1632: Levantamiento del Lago Titiqaqa
Líderes: Consejo de Iruitos y Uchusumas
-1633: Levantamiento de Churin de Cajatambo
Líderes: Consejo de Indios
-1637: I Rebelión de Chanchamayo
Líderes: Curaca Zampati
-1644: Alzamiento en La Paz
Líderes: Consejo de Indios
-1666: La Gran Conspiración de los Indios de Lima
Líderes: Diego Lobo y Gabriel Manco Cápac
-1667: La Conspiración de Remangaenaguas
Líderes: Gabriel Inca Manco Cápac
-1667: La Conspiración y Motín de los Huancas y Huancavelicanos
Líderes: Consejo de Indios y Gabriel Inca Manco Cápac
-1667: El Motín de los Mineros de Puno
Líderes: Gremio de Mineros Vascongados y Gremio de Mineros Andaluces
-1668: La Rebelión de los Salcedo
Líderes: Gaspar Salcedo y José Salcedo
-1674: II Rebelión de Chanchamayo
Líderes: Curaca Magore
● Siglo XVIII
-1724: III Rebelión de Chanchamayo
Líderes: Curaca Fernando Torote
-1726: Rebelión de Andahuaylas
Líderes: Bernardo de Minaya y Gaspar de Prado y Mansilla
-1730: Rebelión de Oropesa
Líderes: Alejo Calatayud
-1730: Rebelión de Cotabambas
Líderes: Consejo de Indios y Blas Huaranca
-1732: I Rebelión de Castrovirreyna
Líderes: Consejo de indios
-1736: II Rebelión de Castrovirreyna
Líderes: Consejo de indios
-1737: IV Rebelión de Chanchamayo
Líderes: Curaca Ignacio Totore
-1737: Rebelión de Moquegua
Líderes: Juan Vélez de Córdova
-1742: Rebelión del Gran Pajonal
Líderes: Apo Capac Juan Santos Atahualpa
-1750: I Rebelión de Huarochirí
Líderes: Francisco Jiménez Inca, Antonio Cabo y Pedro de los Santos
-1768: La Revuelta de San Jacinto y San José
Líderes: Lorenzo Mambo y Francisco Margarito
-1773: Levantamiento de Santiago de Chuco, Celendín y Huamachuco
Líderes: Consejo de indios y mestizos
-1774: Levantamiento de Chumbivilcas, Huamalies, Moquegua y Huaylas
Líderes: Consejo de indios
-1775: Levantamiento de Paucarcolla, Puno y Lucanas
Líderes: Consejo de indios
-1776: Levantamiento de Urubamba, Quispicanchis, Tinta y Conchucos
Líderes: Consejo de indios
-1776: La Rebelión de Velille
Líderes: Consejo de indios
-1780: Conspiración de los Plateros
Líderes: Lorenzo Farfán de los Godos y cacique Bernardo Tambohuacso
-1780: La Gran Rebelión de los Andes
Líderes: José Gabriel Túpac Amaru (José I), Micaela Bastidas, Túpac Katari, Bartolina Sisa y Diego Cristóbal Túpac Amaru
-1783: II Rebelión de Huarochirí
Líderes: Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui y Ciriaco Flores
-1784: Conspiración de Indios en el Cuzco
Líderes: Consejo de indios tupacamaristas
-1784: Motín de Indios en Huamanga, Andahuaylas y Huanta
Líderes: Consejo de indios
-1784: Motín en Cajatambo
Líderes: Consejo de indios
● Siglo XIX
-1800: El Alzamiento de Tumán
Líderes: Consejo de cimarrones
-1811: I Rebelión de Tacna
Líderes: Francisco de Zela
-1812: Rebelión de Huánuco
Líderes: Juan José Contreras, Norberto Aro «Túpac Amaru» y Juan José Crespo del Castillo
-1812: Conspiración de Tarmatambo y Jauja
Líderes: Consejo de indios y Rey Inca
-1813: II Rebelión de Tacna
Líderes: Enrique Paillardell
-1814: Rebelión del Cuzco
Líderes: José Mariano, Vicente Mariano y Mariano Angulo; y Mateo Pumacahua
Referencias:
.- Un siglo de rebeliones anticoloniales: Perú y Bolivia 1700-1783, Scarlett O’Phelan (2015).
.- Rebeliones de esclavos en el Perú, Ignacio Lequanda (1975).
.- Puno, historia y paisaje, Vladimiro Bermejo (1947).
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Levantamiento Guajiro
La Rebelión Guajira de 1769
Fue un levantamiento indígena protagonizado por los wayúu contra el poder español en la región de la Península de la Guajira. En 1718 el gobernador Soto de Herrera dijo que los wayúu eran «indios bárbaros, ladrones cuatreros, dignos de la muerte, sin Dios, sin ley y sin Rey”. En 1769 el virrey Pedro Messía de la Zerda dijo que eran “ambiciosos, traidores, vengativos, desconfiados y llenos de abominaciones”.
Esta fama que se ganaron los wayúu surgía del hecho de que habían sido un pueblo reacio a aceptar el dominio español, tratando de conservar su independencia con una entereza incomparable, lo cual lograron.
Durante la rebelión murieron aproximadamente 100 españoles, y fueron destruidos las fundaciones de Maravilla, El Paso, Cavis, Melones, Arenal, Menores, Rincón, Moreno, El Loco, La Soledad, San Antonio, San Bernardo y otros.
“los indios profanaron en los sitios incendiados los vasos sagrados, bebiendo en ellos sus chichas y amolando sus herramienta en las piedras de ara, cometiendo cualquier cantidad de sacrilegios”. (Testimonio de sacerdotes, 1788)
Referencia:
.- Indígenas, poderes y mediaciones en la Guajira, Polo Acuña (2012).
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La Gran Rebelión
El temor de la caída de Lima
“La perspectiva de morir en manos de los rebeldes los forzó a negociar e, incluso, a adular, pero también a actuar en formas irracionales e inusuales”. (Walker, 2019)
En una carta de 1782 al Dr. Francisco de Campos el obispo Juan Manuel Moscoso deja en evidencia la complicada situación del gobierno español a finales de 1781, y reconoce que de no haber logrado convencer a Diego Cristóbal Túpac Amaru de aceptar la firma del Tratado de Paz y Amistad de Sicuani es más que probable que el régimen español hubiese sido derrotado por los rebeldes.
“si mis emisarios no trabajan tanto en persuadirle […] si no tomo la resolución de pasar hasta Sicuani, hubiera durado la inquietud mucho tiempo, y acabarían con nosotros.” (Moscoso, 1782)
“Más de un año había corrido el movimiento, y en todo él nada más se adelantó que agotarse las poblaciones en los muchos que morían, y otros que se agregaban al enemigo.” (Moscoso, 1782)
Entre agosto y octubre de 1781 los principales generales españoles a cargo de la campaña aconsejan al virrey Jáuregui a buscar una salida diplomática a la guerra (tratado de paz), puesto que las pérdidas humanas y materiales son enormes, y las tropas comienzan a desistir por el miedo, así mismo hay escasez de alimentos y caos en las provincias.
“Di curso a la propuesta que me hizo el señor inspector Del Valle, en carta del 7 de septiembre de 1781, a cerca de un indulto o perdón general”. (Jáuregui, 1781)
● La toma de Lima ¿Era posible?
Una de las razones del virrey Jauregui para ofrecer la paz a los rebeldes y aceptar parte de sus pedidos era el temor de que Diego Cristóbal Túpac Amaru emprendiera una campaña hacia el norte, con el objetivo de ocupar Lima. El miedo de que aquello ocurriera era tan real que el propio mariscal Del Valle le llega a sugerir al virrey Jáuregui que considere trasladar el gobierno de Lima a Trujillo si es que Diego Cristóbal opta por lanzar una ofensiva hacia el norte.
“El Sr. Valle me propuso preparar una notable resistencia si los indios venían a Lima, se hallaban noticias de corregidores que por temor de los 3 000 sublevados que se acercaban se escondieron en remotas montañas, abandonando sus puestos […] Valle me propuso poner la defensa del Gobierno en Trujillo”. (Jáuregui, 1781)
Y es que los rumores de aquella supuesta ofensiva tenían cierto sustento en la realidad, puesto que a las afueras de Lima, en Huarochirí, habían parcialidades que eran favorables a la rebelión. Sin embargo estos rebeldes al parecer no contaban con los recursos y armamentos necesarios para aquella fecha, puesto que los 1500 indígenas y mestizos de Huarochiri recién se levantaron en 1783 bajo el mando de Felipe Velasco, Ciriaco Flores, Marticorena, Cochihui y los alcaldes de Laraos y Carampoma.
En tanto que si bien no tenemos referencias documentales de que Diego Cristóbal Túpac Amaru hubiese considerado atacar Lima por medio de sus simpatizantes o sus tropas, si las tenemos de algunos líderes de la primera etapa de la rebelión, como el caso de Micaela Bastidas y la Cacique de Acos, ambas estrategas.
El magistrado español Benito de la Mata Linares señala durante el juicio que existen diversos testigos que afirman que en Huarochiri había un grupo considerable de indios dispuestos a atacar Lima. Pedro de Alarcón señala que Micaela Bastidas llegó a afirmar a principios de 1781 que “esta es la hora que Lima está arruinada”.
“se acordada era cierto haber oído a dicha Micaela, decir que desde Huarochirí estaban dispuestos”. (Mata Linares, 1781)
“sólo se acuerda haber oído a Micaela Bastidas que desde Huarochirí estaban prontos”. (Mata Linares, 1781)
En tanto que Tomasa Titu Condemayta habría señalado según el testimonio recopilado por el magistrado Mata que si atacaban Lima, esta ciudad no sería defendida por los criollos o los españoles, quienes huirían por el miedo, sino que la defendería los indios y mestizos que vivían allí.
“dijo que conoce a Doña Tomasa, Cacica de Acos, y que oyó decir que “Si cae Lima, también caerá este Reino” […] pues la defenderían los muchos indios y mestizos que la habitan, tirándonos muchas piedras de las ventanas y balcones”. (Mata Linares, 1781)
Referencias:
.- Colección documental del gobierno de Don Agustín de Jáuregui, Eulogio Zudaire Huarte (1978).
.- Colección documental del Bicentenario de la Revolución emancipadora de Túpac Amaru, Luis Durand Flórez (1980).
.- Ficha de Relación histórica de los sucesos de la rebelión de José Gabriel Tupac-Amaru, en las provincias del Perú, el año de 1780.
.- Shadows of Empire: The Indian Nobility of Cusco, 1750-1825, David T. Garrett (2005).
.- Documentos para la historia de la sublevación de José Gabriel de Tupac-Amaru, The Rockefeller Foundation (1836).
La Rebelión de Cotabambas (1730)
Levantamiento indigena
Este levantamiento indígena aconteció en 1730 en Chacaro (Cotabambas), una de las regiones más pobres e improductivas del virreinato, debido a los constantes abusos que cometía el corregidor Juan Fandiño, quien confiscaba arbitrariamente los bienes, exigía los tributos sin consideración, azotaba a los indios y a sus autoridades (caciques y alcaldes), e incluso llegó a apresar a 60 habitantes de su jurisdicción sin ningún tipo de razón.
Una mañana de 1730 según el testimonio del cacique Blas Guaranca, una muchedumbre furibunda fue hacia su casa, donde estaba alojado el corregidor Fandiño, y comenzaron a arrojar piedras y gritar:
“Guaranca, Guaranca, sal fuera, porque queremos pegar fuego a la casa donde están estos perros ladrones”. (Guaranga, 1730)
El corregidor intentó escapar y se refugió en la iglesia del pueblo, pero fue inútil, los indios entraron y lo sacaron a la fuerza, dirigiéndolo hacia la plaza del pueblo, exclamando:
“Vamos perro español, vamos, camina perro ¡A la horca!”. (Antonio Lado, 1730)
Una vez en la plaza los indios desnudaron al corregidor, lo ataron de pies y manos, hicieron que los caciques Mateo Cosco y Blas Guaranga le señalen los delitos que cometió durante su gobierno y emitan la sentencia.
Terminado el juicio popular los indios comenzaron a lánzale piedras, lo golpearon con palos, lo patearon, le desgarraron la piel, le sacaron los dientes, lengua, ojos y órganos, se desquitaron con tal odio que el sacerdote de la iglesia quedo horrorizado porque solo quedaron algunos despojos de carne y sangre desparramada del que fuese en vida “el todo poderoso y mandón” corregidor de Cotabambas.
Referencias:
.- El pacto infame: estudios sobre la corrupción en el Perú, Felipe Portocarrero (2005).
.- El virreinato del marqués de Castelfuerte (1724-1736), Moreno Cebrián (2000).
Lima en peligro
Intentos de tomar Lima
¿Cuántas veces se intentó tomar Lima?
1.- 1536:
En el año de 1536 dos ejércitos indígenas enviados por Manco Inca descendieron de los Andes para tomar la Ciudad de Los Reyes y expulsar a los españoles. Uno por la ruta de Mama y otro por el camino de Quives. El cerco estaría liderado por el general Quizu Yupanqui. La campaña fue un fracaso, las tropas incaicas fueron derrotadas y repelidas por la caballería española, los huaylas, huancas, jaujas y otros pueblos aliados.
2.- 1544:
En el año de 1544 un grupo de 200 esclavos africanos que se habían fugado de Lima se asentaron en las afueras de la ciudad, principalmente en Huaura. Temiendo que fueran a atacar la ciudad el cabildo límense envió un contingente de 120 soldados para darles muerte.
3.- 1666-1667:
En diciembre de 1666 se reunieron en el Rímac un grupo de caciques, gobernadores, nobles, comerciantes y caudillos indígenas para planificar lo que sería la «más grande rebelión que se ha visto en estos reinos». La rebelión general habría de estallar en Yauyos, Huarochiri, Chachapoyas, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Huamalies, Huaylas, Jauja, Jaén y la Gobernación de Quito. La rebelión incluía una incursión militar hacia Lima, para así tomar el control de la capital y el gobierno. Los conspiradores entendieron que para conseguir la caída de Lima no solamente debían valerse de un ataque externo basado en un cerco a la ciudad, que podría ser repelido por las fuerzas militares, sino que primero debían de atacar los activos estratégicos (depósitos, palacio, municipio, solares, etc.) de la ciudad de manera sorpresiva, para que recién las milicias de indios rebeldes comenzaran el cerco. La rebelión no llegó a estallar porque uno de los líderes (Diego Lobo) delató la conspiración a causa de las discrepancias internas.
4.- 1750:
En el año de 1750 en Lahuaytambo se inicia una protesta de indios, criollos y mestizos, que según los españoles tenían por objetivo tomar Huarochiri, para luego atacar a la ciudad de Lima. El virrey envió un ejército de 400 hombres bajo el mando del marqués Melchor de Molina y del capitán Francisco de Carvajal. La rebelión fue sofocada.
5.- 1781:
Varios testimonios de españoles señalan que Micaela Bastidas y Tomasa Titu Condemayta llegaron a planificar un ataque a Lima por medio de los indios de Huarochiri. Pedro de Alarcón señala que Micaela Bastidas llegó a afirmar a principios de 1781 que “esta es la hora que Lima está arruinada”. Tal ataque no se llegó a ejecutar.
6.- 1783:
En el año de 1783 estalló una revuelta de indios en Huarochiri. Según las fuentes españolas un aproximado de 1500 indígenas y mestizos, capitaneados por Ciriaco Flores, tenían por objetivo atacar Lima en agosto y asesinar a los españoles como venganza por los abusos constantes que se cometían. Los líderes fueron capturados y la rebelión sofocada.
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Indios contra Caciques
La confrontación
Confrontación e insubordinación en la Gran Rebelión de los Andes
Un error que muchos cometen al momento de estudiar el levantamiento general de 1780 es no entender los antecedentes de aquel acontecimiento, señalando a los caudillos (Amaru, Katari, etc.) que la lideraron y a la burguesía que la financió como la única matriz de los horrores que habrían de desencadenarse, cuando la rebelión por si misma era inevitable. Mucho antes del levantamiento de los caciques, los indios ordinarios y las comunidades ya habían protagonizado por si mismos una serie de pequeños levantamientos en distintas partes del virreinato, la que se evidencia con la ejecución de numerosas autoridades (sacerdotes doctrineros, corregidores, recaudadores, gobernadores y decenas de caciques) del virreinato.
“Los movimientos sociales de fines de los años 1770 tuvieron en consecuencia una amplia base social, debido a la confluencia de los intereses económicos y las exigencias de diferentes grupos. El programa y las modalidades de acción surgidos de estas no fueron de naturaleza uniforme. Los dirigentes de los movimientos campesinos procedían, en general, de la pequeña burguesía mestiza, y de los caciques. Buscaban fortalecer y ampliar constantemente su sistema de alianzas, pero parece que en el transcurso de los mismos movimientos los campesinos no eran conscientes de las alianzas y dirigían sus acciones no solo contra los corregidores y sus secuaces, sino también contra los grupos sociales de los que procedían sus propios líderes”. (Jürgen Golte, 2016)
Teniendo esto en cuenta, los caudillos y los caciques rebeldes no eran el origen del movimiento rebelde que ya se venía gestando desde mucho tiempo atrás, y ellos mismos no podían haber evitado algo que se iba a dar de todos modos, sin embargo trataron de que se diera de la mejor forma posible, albergando bajo su figura a los diferentes sectores aliados.
Pero este sistema de alianzas no fue infalible, siendo evidencia de ello que muchas de sus políticas y ordenes que tenían por objetivo moderar el comportamiento de las tropas fueron totalmente ignoradas por los mandos medios (capitanes y jefes) y las bases (el pueblo), quienes desde su propia perspectiva de la guerra arrastraron a sus líderes máximos hacia el radicalismo, y estos (lideres) al verse muchas veces imposibilitados de manejar un ejército tan numeroso y diverso tuvieron que ceder, para conservar así su poder y autoridad.
“Y encargo con todo el amor que les debo a los españoles e indios, se amen unos a otros sin perjudicarse, en sus personas ni bienes antes unidos y conformes… de igual modo cualquier indio que no obedeciere prontamente el auto que se declaró y público, que se congregasen en esta capital, me lo pondrá en mi presencia para penarlo en muerte de horca”. (Túpac Amaru, 1781)
Inclusive muchos de los caudillos y caciques que lideraron en un inicio la rebelión fueron desautorizados por ciertos grupos rebeldes y en consecuencia ejecutados, al dejar de representar sus intereses o por sus actitudes tiránicas, siendo reemplazados por nuevos caudillos de extracción popular. El mismo Túpac Katari fue desautorizado por sus propios partidarios, salvándose de ser ejecutado por ellos en tres ocasiones.
“Ordeno y mando a todos los españoles e indios de este pueblo para que respeten y obedezcan a mi dicho gobernador Tupac Catari, a quien lo proveo de mi autoridad para que sea tratado como superior, y si no lo hicieren tendrán por pena morir en la horca”. (Cristóbal Túpac Amaru, 1781)
Así mismo cuando Diego Cristóbal Túpac Amaru acepta firmar la paz con los españoles en 1782, aún hay focos rebeldes en el sur, quienes consideran a Cristóbal como un traidor a la causa, y por ende envían agentes para matarlo, siendo este reguardado durante su estancia en el Cuzco por una escolta virreinal.
Muchos de los europeos no entendieron en ese contexto la relación de poder entre el cacique, caudillo y el pueblo (comunidad – ayllu), que se basa en la reciprocidad y complementariedad, donde el superior tiene autoridad no por ser representante del Rey de España, Rey Inca o de una divinidad, sino en la medida de que este resguarde o haga valer las necesidades y exigencias del ayllu indígena, de la comunidad, es decir que conserva su poder y autoridad mientras cumpla con el trabajo que supone su cargo o estatus.
“Esta es una de las causas del fracaso de la sublevación general: la vasta alianza de parte de la burguesía provinciana, pequeña burguesía mestiza y campesinado indígena se quebró por las acciones anárquicas de las tropas campesinas, transformándose el conflicto en una confrontación étnica entre indios, por un lado, y mestizos y criollos, por otro lado. En alianza consciente o inconsciente con la población sublevada de las provincias, la Corona logró eliminar el sistema de repartimientos de efectos, quebrando así el proyecto de la burguesía comercial”. (Jurgen Golte, 2016)
La única manera en la que las autoridades virreinales lograron sofocar la rebelión en su totalidad no fue ejecutando o encarcelando a los caciques o caudillos, como ellos pensaban, sino aplicando las reformas exigidas por las masas indígenas, de manera parcial o total, las que dieron fin a las revueltas de Huamanga, Andahuaylas, Huanta, Huarochiri, Oruro, Cajatambo, Quinua y otras que se estaban gestando incluso en los años 1784 y 1785, lideradas no por caciques o nobles, sino por indios ordinarios.
Estas medidas fueron las siguientes:
1.- Permitir el ascenso socio-político de los indios ordinarios. Las autoridades indígenas de origen noble son reemplazadas por indios ladinos (instruidos y versados) del común.
2.- Algunos cacicazgos son suprimidos desde 1783 y son reemplazados por alcaldías o gobernaciones.
3.- Se discute sobre la creación de una Real Audiencia en la serranía, analizando la solicitud del 6 de marzo de 1781 elaborado por José Gabriel Túpac Amaru.
4.- Las alcabalas, aduanas y otros impuestos son reducidos de 8% a 6% y de 6% a 4%.
5.- El tributo anual es suprimido por 1 año, extendiéndose por medio año en algunas parcialidades y reduciéndose en los siguientes años junto con los diezmos.
6.- Las autoridades españolas ofrecen el “indulto general” a los rebeldes que acepten deponer las armas.
7.- Los corregimientos son abolidos y reemplazados por las intendencias.
8.- El sistema de repartos es abolido.
9.- Las mitas son reestructuradas en beneficio de los indios. Se reduce el número de mitayos reclutados, aumentan los salarios, se reduce la edad límite para prestar el servicio y se reducen las semanas de trabajo.
10.- Se prohíbe que los intendentes tomen represarías contra las comunidades indígenas.
Referencias:
.- Repartos y rebeliones: Túpac Amaru y las contradicciones de la economía colonial, Jürgen Golte (2016).
.- Colección documental del gobierno de Don Agustín de Jáuregui, Eulogio Zudaire Huarte (1978).
.- Colección documental del Bicentenario de la Revolución emancipadora de Túpac Amaru, Luis Durand Flórez (1980).
.- Ficha de Relación histórica de los sucesos de la rebelión de José Gabriel Túpac-Amaru, en las provincias del Perú, el año de 1780.