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España creó revolucionarias leyes para América
Leyes de Indias, pilar de convivencia y desarrollo
Las leyes de Indias. Ordenamiento de protección de la monarquía hispana a los pobladores nativos en América es un estudio de la legislación promulgada por los reyes hispanos durante más de trescientos años en América con el acompañamiento necesario de la exposición y revelación de hechos históricos y circunstancias que hicieron de estas leyes un pilar de la convivencia y desarrollo de los pueblos de América hasta principios del siglo XIX donde el reputado geógrafo alemán Alexander Humboldt llegó a describir aquellas tierras como las más prósperas del mundo. Los reyes españoles desde el mismo momento del descubrimiento de ese continente se esmeraron en dotar a los pueblos nativos de una protección absoluta y no dudaron en aplicar con rigor las leyes a los colonizadores europeos que las desacataron o practicaron abusos contra los indígenas. El papel fundamental de la Iglesia se describe en este libro refiriendo algunos acontecimientos históricos muy reveladores que demuestran que los reyes elaboraron a conciencia un entramado legal de contrapoderes para garantizar el cumplimiento de las leyes y la protección a los indios nativos. Por ello, no es de extrañar que, con motivo de las declaraciones de independencia de los diferentes países de Hispanoamérica, los pobladores indios se pusieron, con abrumadora mayoría, a favor de la Corona de España con muestras de lealtad admirables o que mantuvieran durante décadas la reivindicación de los derechos de posesión de sus tierras por los títulos legales obtenidos con los reyes de España.
El mundo contra la explotación, esclavitud y exclusión social indígena
Pioneros de la Humanidad
«[…] lo que llamamos raza no está constituido por aquellas características que puedan transmitirse al través de las obscuridades protoplásmicas, sino por aquellas otras que son luz del espíritu, como el habla y el credo. La Hispanidad está compuesta de hombres de las razas blanca, negra, india y malaya, y sus combinaciones, y sería absurdo buscar sus características por los métodos de la etnografía.»-Ramiro de Maeztu, 1934.
Salamanca cuna de los derechos
Las primeras leyes
Divulgación de los Derechos Humanos
La larga lucha contra la esclavitud
La primera monarca europea a luchar contra la esclavitud con leyes, era la Reina Isabel la Católica (1451 A.D.-1504 A.D.) hace 520 años, 20 de junio, el año 1500 A.D.
Los Leyes de Burgos (1512 A.D.-1513 A.D.) y, más tarde, los leyes de los indios (1542 A.D.) condenado la esclavitud y firmando de su esposo, el Rey Fernando el Catolico (1452 A.D.-1516 A.D.), y su nieto el Emperador Carlos V (1500 A.D.-1558 A.D.), es su herencia. Carlos V manda a Bartolome de las Casas (1484-1566 A. D.) a Roma por convencer a Papa Pablo III escribir una bula papal, Sublimus Dei, por el primer denuncio papal de la esclavitud humana el 2 de junio 1537 A.D.
Los filósofos primeros a pensar profundamente en los derechos humanos como sabemos hoy, fue la Escuela de Salamanca en el siglo 16, durante el renacimiento española.
Así que, la idea que la esclavitud fue mal en verdad, fue extraño al mundo hasta hace 500 años mas o menos. Tardó 350 años en hundirse en el oeste. La enters de la historia humana, aun hasta hoy, tiene la esclavitud humano. Hoy en punto, hay subastas de esclavas en el norte de Africa. La mas de nuestra ropa y electrónicos fueron hechos de esclavas.
Estamos en una posición dónde estos problemas se resolvieron de filósofos como Francisco de Vitoria (1483 A.D.-1546 A.D.) y monarcas como Isabel la Católica, y nos fueron entregados cuidadosamente. Somos bendecidos de tener esto.
Los derechos humanos cómo sabemos son gracias a Reina Isabel. Cuando la Iglesia Católica debatía si los indios tenían alma, con razón ella proclamó que eran plenamente humanos y súbditos españoles que debían ser tratados con dignidad humana.
Las Leyes de Burgos (1512 A.D.-1513 A.D.) son muy claras sobre cómo debía funcionar la encomienda. No es nada tan feo como muchos parecen pensar, excepto por su implementación en lugares como las islas del Caribe y bajo Nuño de Guzmán (1490 A.D.-1558 A.D.) en Pánuco y Nueva Galicia, ambas partes del México moderno. La encomienda fue más abusada en el Caribe, por personas como el famoso Bartolomé de las Casas, el llamado «Protector de los indios» y sus amigos, que incluían a personas como el mencionado Nuño de Guzmán.
Debido a la horrible realidad de lo que se convirtió la encomienda en el Caribe, Hernán Cortés (1485 A.D.-1547 A.D.) insistió en que no se llevaría a la Nueva España, también conocida como México. Se vio obligado a permitirlo. Fue proscrito poco después, en el año 1542.
Casi todos los conquistadores sobrevivientes de la Nueva España se casaron con muchachas indígenas. Los españoles inmediatamente se casaron con los indígenas. Tenían amor por la gente de las tierras que descubrieron. Esta es la razón por la que no encontrarás aztecas ni españoles en México, los dos pueblos se cruzaron por completo.
Los conquistadores y los que llegaron después que estaban haciendo el mal, si eran descubiertos, solían ser llamados a España y castigados. Este es el momento en que nació la idea real de los derechos humanos. Hispanoamérica no era una tierra de colonias, sino una extensión de España. No se trataba, como las colonias inglesa y francesa, de emprendimientos comerciales autónomos.
Hernán Cortés fue un verdadero protector de los indios, y cuando los villanos caribeños mataron al 90% de los indígenas e intentaron secuestrar indios de México, se sabía que Cortés capturaba los barcos y liberaba a los indios que eran súbditos españoles. Así consta en las relaciones con el emperador Carlos V.
Cada vez que las personas eran acusadas de crímenes atroces contra los indígenas, eran llamadas a España para ser juzgadas y, si eran declaradas culpables, castigadas severamente. Cuando los enemigos (Guzmán y compañía) de Cortés lo acusaron, fue llamado a España y declarado inocente. Sus acusadores eran hombres crueles, malos, y estaban esclavizando ilegalmente a los indígenas y despojando a Hernán Cortés.
Fray Juan de Zumárraga (1468 A.D.-1548 A.D.), obispo de feliz memoria, había escrito una carta al emperador Carlos V sobre todos los acontecimientos de la época que condujeron a la llamada de Cortés a España. En ese tiempo se creyó que Cortés estaba muerto, ya que sus enemigos lo proclamaron para robarle sus bienes. Cortés estaba explorando Honduras en ese momento. La carta de Fray Zumárraga explica de manera desapasionada el gobierno de Cortés, así como los males que comenzaron a ocurrir cuando Cortés partió para explorar Honduras.
Después de ser declarado inocente de los cargos superfluos, Cortés regresó a la Nueva España como un funcionario gubernamental de alto rango, pero ya no tenía el poder que alguna vez tuvo. Sus acusadores habían sido descubiertos y el principal de ellos, Nuño de Guzmán, pasó sus últimos años en prisión. Con el deseo de explicar el carácter de Cortés, debo mencionar que él apoyó económicamente a Guzmán y su familia después de que fue encarcelado como un acto de caridad. Hizo esto por el hombre que robó y trató de arruinarlo, y lo envió a España como un criminal para ser juzgado.
También cabe destacar que la línea Moctezuma es parte de la nobleza europea hasta el día de hoy. Hay muchos nobles en toda Europa con la herencia real de Moctezuma, incluidos Juan José Marcilla de Teruel-Moctezuma y Jiménez, 5º duque de Moctezuma de Tultengo, 15º marqués de Tenebrón y vizconde de Ilucán, la casa noble de Grau-Moctezuma de Toleriu, el los duques de Ahumada, los duques de Abrantes, los condes de la Enjarada y los condes de Miravalle.
Es a la España de los siglos XV y XVI a la que debemos los elogios de los derechos humanos, no a la llamada Ilustración.
El Papa Francisco, en su encíclica Amoris Laetitia (19 de marzo de 2016) afirmó: “La falta de memoria histórica es una grave carencia en nuestra sociedad”. Y creo que la iconoclasia actual es un caso de eso. Falta de memoria histórica.
Leyes para defender al indígena
Real Cédula, 14 de enero de 1514
«Es nuestra voluntad que los indios e indias tengan entera libertad para casarse con quien quisieren (…)»«Así con indios como con naturales de estos Reinos, o españoles nacidos en las Indias y que a esto no se les ponga impedimento. y que ninguna orden pueda impedir el matrimonio entre indios e indias y españoles o españolas.»
Prohibición
Condiciones de trabajo
Derecho de conquista
Controversia de Valladolid
Pioneros en derechos
Se plantea los derechos ajenos
El amanecer de los derechos del hombre. La Controversia de Valladolid.
La Junta de Valladolid (o también controversia de Valladolid) es la denominación habitual del célebre debate que tuvo lugar desde el 15 de agosto de 1550 al 4 de mayo de 1551 en el colegio de san Gregorio de Valladolid, dentro de la llamada polémica de los naturales (indígenas americanos o indios),
y que enfrentó dos formas antagónicas de concebir la conquista de américa, interpretadas románticamente como la de los defensores y la de los enemigos de los indios:
– La primera, representada por Bartolomé de las casas, considerado hoy pionero de la lucha por los derechos humanos;
– La segunda, por juan Ginés de Sepúlveda, que defendía el derecho y la conveniencia del dominio de los españoles sobre los indígenas, a quienes además concibe como inferiores (por la condición en la que se encuentran).
No hubo una resolución final, aunque fue el inicio de un cambio que se tradujo en más derechos para los indígenas.
Derechos de los Indígenas
Un caso excepcional en la Historia Mundial.
Una revolucion
España paró la conquista de América
«Tal día como hoy, 3 de julio de 1549, Carlos I ordenó al Consejo de Indias detener todas las conquistas hasta tener la certidumbre de que estaba actuando conforme a la recta moral. Nunca ninguna potencia había hecho nada parecido.»
«De la polémica surgirá algo inédito: la idea moderna de los derechos humanos.»
(JOSÉ JAVIER ESPARZA)
¿Teníamos derecho moral a conquistar las Indias?
Las lejanas Islas Filipinas tuvieron un referéndum
La ironía de los reyes y la disculpa
Esclavos huidos ingleses
Leyes progresistas para su época
«Que los delitos contra los indios sean castigados con mayor rigor que contra los españoles»Felipe II
La dificultad de aplicar las leyes
La consideracion del indigena
No eran seres inferiores
“Antes de finales del siglo XVII no podía haber razones racistas para esclavizar porque tales razones no existieron hasta que el racismo científico dio a luz gracias a autores ilustrados… como Montesquieu y Voltaire” Brigada Antifraude
Nobleza obliga (final de 4 publicaciones sobre el racismo y la esclavitud)
Cabe aclarar que la idea de que los indios eran seres inferiores por su naturaleza (raza) fue descartada desde el segundo viaje de Cristóbal Colón, donde la Reina Isabel reconoce como vasallos a los indios, solo las personas libres (homos) pueden ser vasallos. Luego de redactadas las Leyes de Burgos de 1512 tampoco se le da el estatus de racialmente inferiores a los indios, así tampoco en las Leyes Nuevas, quedando totalmente descartado este asunto en la llamada “Controversia de Valladolid” de 1552.
¿Y cuál era el estatus jurídico de los indios en la legislación española?
Un fundamentalista de la leyenda rosa le dirá que de absoluta igualdad. Esto es por supuesto un absurdo en todo sentido.
Los indios eran personas miserables
“…los prelados procuren el buen tratamiento de los indios, pues son personas miserables y de tan débil natural, que fácilmente se hallan molestados y oprimidos y nuestra voluntad es que no padezcan vejaciones» (Libro I, Título VII, Ley XIII]).
“Necesitan de otros que los dirijan, goviernen y asistan» jurista don Gaspar y Agüero, procurador del Cabildo de Lima en 1634
La noción de «miserabilidad» proviene del latín miserabilis, palabra que se conecta a su vez con miser y miserandus. La primera alude al hombre desgraciado, infortunado, infeliz, desventurado; la segunda, hace referencia a aquello que es digno de lástima. En tal sentido, Miserabilis, quiere decir en este contexto, hombre digno de compasión.
Los aborígenes del Nuevo Mundo eran seres humanos cuyos derechos había que respetar y cuya inferior condición les daba más bien título a una especial protección del Estado y de la Iglesia. Esta protección se basaba en la noción de miserabilidad, que era el componente esencial del status jurídico atribuido al indio en el derecho colonial español. La miserabilidad es un concepto que provenía del derecho romano, donde servía para designar a una categoría precisa de personas que, debido a su especial situación de miseria y desamparo, eran merecedoras de un trato especial por el ordenamiento consistente en una serie de privilegios. El concepto de miserabilidad y los privilegios propios de quienes lo eran, se incorporan al derecho español, por medio del cual pasaron al nuevo mundo.
Del reconocimiento del estado de postración moral y material en el que se encontraba el indio, aunado a su «incapacidad» para valerse por sí mismo, surge la necesidad de otorgarle un sistema de protección específico. De este modo, a lo largo del siglo XVI, progresivamente se fueron incorporando disposiciones que a la larga harían posible en efecto, reconocer a los indios un estatuto especial que permitiera su protección y tutela; tal como durante siglos se había procurado en Europa desde el emperador Constantino para las personas miserables, es decir, los pobres, lisiados, viudas y huérfanos.
De las Casas decía:
«Miserables personas son aquellas todas sobre las quales la misma naturaleza mueve a los hombres a que dellas se compadezcan sino son hombres bestiales y crueles»
«Miserable persona es aquella que por sí misma no puede defender sus causas e pedir justicia conviene a saber por defecto de su pobreza o pusilanimidad o de ciencia o esperiencia o de miedo que tenga o de otra cualquier inmpotencia»
» … las más miserables y más opresas y agraviadas, afligidas y desamparadas personas que más injusticias padezcan y más carezcan y mayor necesidad tengan de amparo, defensión y protección de todas »
«De lo qual se sigue manifiestamente ser estas míseras naciones las más miserables y más abatidas y por agraviadas y más inpotentes y desamparadas y necesitas que ay en el universo sobre quien más y con mayor razón la naturaleza de los hombres se deve mover a mayor conpasión y a con mayor conato y aflición v eficacia condolerse de sus … afliciones y miserias”
Exterminio indigena en las Republicas
Sin derechos y perseguidos
📖 [CARTA A INDÍGENAS EN LAS REPÚBLICAS]
En 1824 se abolieron los cacicazgos indígenas en toda la (Gran) Colombia – los actuales Panamá, Venezuela, Colombia y Ecuador- (su nombre oficial era Colombia, sin la gran), para acto seguido suprimir las tierras comunales indígenas que después se repartieron entre sus amigos, lanzando de esta forma a la miseria y al peonaje a millones de indios españoles.
En 1860 había en Tierra del Fuego 3.000 indios yaghanes; en 1884, 1000, en 1913, 100; en 1931, 60, y en 1939, 30. Los onas, es decir los famosos patagones, eran en 1891, 2.000; cuando los estudió el padre Gusinde en 1919 sólo quedaban 279, y cuando los volvió a visitar en 1931 tan sólo sobrevivían 84, hoy prácticamente están extintos gracias a la acción exterminadora de las repúblicas de Argentina y de Chile en su expansión al sur donde de 200 mil indios no dejó ni 5.000 de ellos.
El gobernador chileno en Magallanes, en 1895, con plena coherencia de la modernidad y los derechos del hombre, mandó a la isla Dawson un piquete que sorprendió a los indios alacalufes, donde exterminó a la mayor parte ellos, y llevó al resto a Punta Arenas, donde los vendieron en subasta pública como esclavos.
En Uruguay quedaban a mediados del siglo XIX medio millar de indios charrúas, valientes e indomables, los cuales fueron extinguidos totalmente en la expedición de 1832 mandada por el general Rivera. Los tres últimos charrúas murieron en Europa después de haber sido exhibidos como bichos raros en un zoológico de feria. La explotación de caucho del Amazonas se hizo de una manera tan bárbara a inicios del siglo XX que lo que extrajo la casa Arana de Brasil, Colombia y Perú originó la muerte de 30.000 indios entre 1910 y 1911.
Horrible fue la represión de los indios de Yucatán sublevados en 1847, costó quince años el someterlos, pero se hizo de manera despiadada, incluyendo la matanza de Tekax ordenada por el coronel José Dolores Zetina en nombre del estado mexicano, autorizando luego a las autoridades de Yucatán que los vendieran como esclavos. En la presidencia de Porfirio Díaz se sublevaron los yaquis de Sonora, se les declaró esclavos y se los vendieron al precio de 65 dólares cada uno a los hacendados de Yucatán. De los otomacos de los Llanos de Venezuela, que eran unos 4.000 cuando los visitó Humboldt a inicios del siglo XIX, para mediados del siglo XX sólo quedaban algunas familias dispersas.
Y así nuestros liberales, progresistas y hasta indigenistas siguen traumados, insistiendo y tratando de conservar la «identidad nacional perdida durante la conquista española», basando sus alegatos en la estrambótica concepción decimonónica de Estado-nación homogeneizador, destructor de los pueblos y sus sanas diferencias.
Mientras que la Monarquía Hispánica reconoció derechos, nobleza, dignidad, jerarquías, usos, costumbres, instituciones, entre otros la tierra comunal indígena y concedió fueros, honores, privilegios, títulos de nobleza a los indios y prohibiendo su esclavitud. Las repúblicas americanas después de su proclamada independencia desconocieron y borraron de un plumazo todo esto.
Fuentes:
Gamio, Manuel, Las características culturales y los censos indígenas, en América Indígena, N° de julio de 1942, México, 1942, págs. 15-19. Sáenz, Moisés, Sobre el indio y su incorporación al medio nacional peruano y Sobre el indio y su incorporación al medio nacional ecuatoriano, ambas publicaciones de la Secretaría de Educación Pública de México, 1933. Jaramillo Alvarado, Pío, El indio ecuatoriano, Quito, 1922. Pérez de Barradas, José, Los mestizos de América, Ed. Cultura Clásica y Moderna, Madrid, 1948.
«Quito fue España», Francisco Núñez del Arco Proaño, 2016.
Los nuevos cambios
Mejoras en la vida indigena
LOS PRIMEROS INDÍGENAS A CABALLO
Por Jordi Núñez Zaragoza
Es conocida la anécdota de la impresión que produjo en el precolombino la unión del español con su montura, que algunos indígenas confundieron como un Dios con forma de quimera… Pronto descubrieron que hombre y caballo sangraban, y que no formaban una unidad, perdiendo el miedo a esa aparente unión, una unión que era una formidable arma bélica, siendo el equino un animal poderoso como ariete contra una masa humana…
Compartimos este interesante artículo donde se ejemplifica la importancia del caballo en la conquista y en el arte de la guerra en la América precolombina durante el proceso de conquista, cuestión que llevó a la prevención española de prohibir su uso y dominio por los naturales, siendo que el 99% del ejército español constituido por indígenas (txacaltecas, totonacas…) eran infantes, a pié, con sus armas tradicionales o adoptando panoplia hispana.
Los caballos estaban reservados a mandos y la escasa sección del arma de caballería que servían para romper líneas indígenas, flanquear y la persecución, además de la exploración y el correo.
Es también conocido que Cortés disponía de poco más de 15 caballos en su conquista de Technosticlán, siendo que la cuestión de su escaso número también determina la reserva espalola, hasta que las décadas de cría multiplicaron la caballada exponencialmente y su uso pudo generalizarse.
Pronto se le permitió al indígena la utilización de equinos, siendo el caballo el más sensible a su uso en la milicia, sin posibilidad del dominio conjunto de caballo y armas como la garrocha que pudieran ser utilizados contra el dominio español, y hasta que la replicación, hibridación y mixtura del modelo del Imperio Español diluyó el contexto bélico con la «hispanización» del territorio y permitió la incorporación del indígena y sus mixturas a los quehaceres habituales y el uso de caballo y útiles a la par que el español penisular o sus descendientes, cada vez más imbricados en matrimonios mixtos y descendencia conjunta.
La herencia española en América también es la propia Historia del caballo…
Y del burro, asno… En el mundo rural y la utilización en el campo en las necesidades de trabajo y desplazamiento, el burro y sus cruces fueron una introducción fundamental en la América postdescubrimiento.
Sea como fuere, España y su cultura del caballo está presente desde el rodeo estadounidense a la pampa del cono sur, de los garrochistas venezolanos a los Dragones de Cuera o los nativoamericanos al norte del Río Grande, que pasaron del nomadismo a pié al caballo como elemento sobre el que orbita su cultura en pocas décadas, con su dominio sorprendente de la montura «a pelo».
Avanza el mestizaje
Los Mestizos
El término “mestizo” se empleó en el periodo virreinal para denominar a los hijos de los españoles con los indios.
“Estos mestizos y mulatos que hay en esas provincias son ya tantos y crecen más cada día y tan mal intencionados que conviene muy mucho que Vuestra Magestad envie cedula que ninguno dellos pueda traer armas porque como son hijo de indios en cometiendo el delito luego se visten como indios y se meten entre los parientes de su madre y no se pueden hallar”. (Lope García de Castro, 1570)
“Los mestizos de padre español y madre india son astutos y pendencieros, aunque resienten al español no lo ven mal, en tanto que si odian por mal al indio de quien no quieren serlo por creerlo de mala casta”. (Gabriel Espinoza, 1588)
El historiador Georges Loebsiger señala que los indios en su mayoría veían mal a los mestizos, a quienes dotaban de toda una serie de calificativos negativos, porque trastocaban sus costumbres ancestrales según su conveniencia en un intento por parecerse a sus progenitores españoles. En tanto que los mestizos correspondían de igual manera a sus ancestros indigenas, viendolos como lastres.
Loebsiger señala que esto se evidencia en testimonios de indios ladinos del siglo XVI y XVII como Guamán Poma de Ayala, quien temiendo que estos se propagaran señalaba que:
“porque no se sirve Vuestra Magestad de los mestizos sino ruidos y pleitos, mentiras, hurtos, enemigos de sus tíos.”
El temor nace de la idea de que los mestizos y criollos crecían con el pasar de los años, adueñándose de cargos y tierras, lo que ponía en peligro el proyecto ideado por personajes como Guaman Poma de Ayala, que consistía en que el gobierno del Perú debía de ser delegado por el rey en los indigenas, por ser mayoritarios y conocedores del territorio.
Referencia:
.- La España moderna, Enrique Martínez Ruiz (1992).
Indígenas con esclavos negros
Los Indios esclavistas del Perú
Contrario al pensamiento popular, los indios si formaban parte activa del sistema esclavista en el periodo virreinal.
Aunque legalmente ningún indígena podía tener esclavos negros ni mulatos desde 1580 en el Virreinato del Perú, habían mecanismos jurídicos (vacíos legales) en la época que permitían a los indios de buena posición económica adquirir y mantener a esclavos negros bajo su control, incluso dejándolos como herencia a sus descendientes.
“ordeno y mando que ningún Cacique ni Principal ni otro indio pueda tener mulato ni negro esclavo”. (Álvarez de Toledo, XVI)
Estos indígenas esclavistas eran nobles, ladinos (instruidos) de buena posición económica, así como los miembros de gremios y comunidades agrícolas, siendo la mayoría de ellos de origen costeño. Algunos indígenas como Domingo Tuya eran verdaderos comerciantes de esclavos.
-Algunos indios nobles con esclavos:
Manuela Taurichumbi (4 esclavos), Luis Colán (5 esclavos), Diego Tomalá (2 esclavos), Pedro Chimo (3 esclavos), Agustin Cargoraque (4 esclavos), Alonso Ticse (3 esclavos), Baltazar Pachas (1 esclavo), Andrés Tito (2 esclavos), María de Hurtado (1 esclavo), Antonio Yupanqui (2 esclavos), Juana de Orozco Huaylas (7 esclavos), Miguel Chiguan (4 esclavos), Isabel Collatupa (5 esclavos), Felipe Atuq (1 esclavo), María De la Cruz (4 esclavos), Pedro Mongoguala (4 esclavos), Carlos Cusiguaman (3 esclavos), entre muchos otros.
-Algunos indios ordinarios con esclavos:
Francisco Clemente, Francisca Guacha, Esteban Huacay, Maria Llactan, Juan Quispe, Magdalena Chimaca, Maria Huayca, Juana Llanqui, Isabel Paucar, Miguel Chuquimango, Juan Curivilca, Andres Pillco, Pedro Condori, Andres Chinchay, Fracisca Temoche, Beatriz Atacuri, Ignacio Altivez, Miguel Guamán, Domingo Payco, Catalina Yanchi, Francisco Guamán, Maria Yarqui, entre muchos otros.
Referencias:
.- Negros, indios y españoles en los Andes orientales, Lolita Gutiérrez Brockington (2009).
.- Esclavitud y manumisión de Negros en Trujillo, Héctor Centurión Vallejo (1954).
.- El esclavo africano en el Perú colonial (1524-1650), Frederick P. Bowser (1977).
.- Negros e indios: un estamento social ignorado del Perú colonial, Emilio Harth-Terré (1873).
.- Entre la Colonia y la República: insurgencias, rebeliones y cultura política en América del Sur, Beatriz Bragoni (2008).